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Martha Rojas exitosa cabañera que cree y apuesta por el Beni

  • Redacción central
  • 15 nov 2016
  • 3 Min. de lectura

Martha Patricia Rojas Hurtado, es una mujer que luchó y aún lucha por abrirse campo en la ganadería porque es un rubro muy machista y difícil para una mujer especialmente a nivel cabañera, es decir, que maneja el mejoramiento genético con tecnología de punta.

Para esta mujer ganadera, el Beni es un departamento ganadero por excelencia gracias a la lucha de los cabañeros que se lanzaron hace unos 10 años, y que hoy ya son considerados tanto por los brasileños como por los paraguayos como competencia, porque últimamente están produciendo alta genética, lo que no existía.

“El Beni siempre ha sido 100 por ciento ganadero, y es el que más ha proporcionado ganadería a los cruceños, a los que considera como sus intermediarios y los que se llevan la mejor ganancia, rezagándolos a los ganaderos benianos, que son los que sufren como productores”, dijo.

Pero para dejar de tener intermediarios, doña Martha asegura que hace falta una carretera que los conecte con los grandes compradores que están en el Occidente boliviano, de forma directa.

Es así que ve con muy buenos ojos la carretera entre San Ignacio y Cochabamba, que les permitirá comercializar más su producto, y no sólo venderlo a un mercado.

“Si seguimos luchando como lo estamos haciendo y seguimos progresando, al Beni lo vemos como un exportador de carne, como que a los ganaderos les va a ir mucho mejor y obvio que necesitamos ayuda, no me quejo, pero los ganaderos han sido muy azotados por los desastres naturales, pero aún seguimos produciendo, y lo poco que podemos producir es lo que se vende a nivel nacional”, expresó Rojas.

Enfatizó que el Beni necesita caminos, frigoríficos y un matadero grande, porque el actual procesa no más de 10 a 15 cabezas al día.

En cuanto a su quehacer diario, como mujer doña Martha sostiene que es duro y aún sigue lidiando con ello, que incluso en algún momento le ocasiona problemas familiares, pero, considera que es su trabajo, y “lo que uno empieza lo debe terminar”.

Reconoció que el Beni ha crecido a un nivel acelerado, y esto se refleja en la apertura de universidades, que permiten a los jóvenes estudiar sin tener que salir del país como antes lo hacían, ahora existen más opciones y más carreras para ellos.

Aseguró que en los últimos 10 años el Beni ha crecido en su calidad de vida y facilidades para los productores más que en los 50 años anteriores y esto gracias a la política gubernamental de implementación caminera y acceso a servicios básicos.

La ganadera aprovechó la oportunidad para brindar dos mensajes, primero a sus coterráneos benianos, para que sigan luchando y que no se desanimen, pidió a los que puedan invertir y creer en el Beni, que lo hagan.

Y el segundo mensaje lo dio como mujer, “Ya no estamos en el siglo XX, estamos en el siglo XXI, la mujer piensa igual que un varón, no podemos alzar dos bolsas de cemento como un varón, pero sí podemos luchar y pensar a veces mejor que un varón”, sostuvo.

Remarcó que se siente apoyada por las instancias de gobierno, “Porque las veces que hice un evento, se me ha prestado mucho apoyo a nivel de municipio y de la Gobernación, y no porque se haya puesto el color de un partido, sino porque pedí ese apoyo con respeto”.

Entre sus secretos para ser una mujer exitosa y poder mantener su oficio, está el ser humilde y tratar a sus empleados con respeto, y cumpliendo con sus obligaciones de brindarles agua potable, educación, sanidad, desde hace 15 años.

“Trato a mis vaqueros y contratistas con respeto y humildad, a mí no me rebaja el sentarme a una mesa para tomarme un café con ellos, y pienso que se sienten bien, yo me siento bien, y es que el ser humano debe ser tratado como tal, esa es la llave, yo me pregunto yo trabajo como todos, pero el éxito de manejar siete estancias, 45 personas, es el trato humano”, aseguró.

Martha Rojas es ganadera desde 1993 y hoy cuenta con 4,500 cabezas de ganado, pese a la gran disminución que tuvo entre 2008 y 2014, y se mantiene firme en su oficio, pese a todas las dificultades, porque cree y apuesta por su tierra.

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