La inhabilitación de Lula es la verdadera bandera, la prisión es la falsa
Rolando Prudencio Briancon
Más allá de lo dramática que ha sido la votación en el juicio contra el ex presidente Lula da Silva, en el que 6 contra 5 de sus miembros han votado a favor de su encarcelamiento que lo ha condenado a 12 años de prisión por el caso Lava Jato, como el mismo hecho que sea dictada contra un ex presidente; lo que la opinión pública debe inferir es: cuál es la intencionalidad de la sentencia dictada.
No creo que realmente la intención política de los opositores a Lula pase por verlo por 12 tras las rejas, sobre quien hoy pesan 73 años de edad, y quien saliendo de prisión contaría con 85 años de edad; si es que la vida lo acompaña hasta ese momento; sino que el verdadero objetivo de los opositores es lograr su inhabilitación, que es lo que más les interesa; más allá de implicado pueda estar en el caso de soborno que le inició el juez Sergio Moro por el referido caso. No en vano hace poco fue corrido a balazos y pedradas en un acto de proclamación para las elecciones de octubre que lo pinta como futuro vencedor.
Vale decir que la acusación ahora se ha convertido en arma política para su inhabilitación. No en vano se ha conocido hoy mismo que dentro ese dramatizador libreto; aún Lula podría evitar su encarcelamiento, recurriendo a una figura legal que le permitiría darle un respiro, haciendo uso de un recurso hasta el próximo martes.
Y es que pese a que el Tribunal Federal Regional de la Cuarta Región con sede en Porto Alegre ya confirmó la condena de Lula, elevó su pena de 8 a 12 años de prisión y rechazó los primeros recursos contra tal decisión, el código de proceso penal brasilero prevé la posibilidad de que el condenado presente un último recurso para que algunas de esas decisiones sean mejor explicadas por los magistrados". Es en ese semántico sentido que existe aún la figura del “embargo del embargo aclaratorio", que podría tener en suspenso la aplicación de la pena hasta inicios del próximo mes de mayo.
Claro que la sentencia ya contiene la implícita inhabilitación de ejercer cualquier cargo, por lo que “le darán largas” para aplicar la sentencia hasta después de octubre, fecha en la que deberá llevarse a cabo las elecciones en Brasil. Por lo que venga luego será ya lo de menos; incluso aun así hubiese lo dejasen en libertad en base a cualquier otro recurso extraordinario-
Es en ese sentido que ante un fallo político lo que le queda a los seguidores de Lula, a quien Lula les devolvió la dignidad, haciendo un Brasil más justo - en el que los pobres coman tres veces al día- la trinchera de lucha de Lula y sus seguidores serán las calles.