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El gallo traidor a la causa marítima

Claro que se ha hecho noticia la reciente decisión que tomara el ex presidente Jaime Paz Zamora para no asistir a la invitación que le hiciera el gobierno a la fase de alegatos de la CIJ, una negativa que muestra a las claras el carácter desestabilizador al gobierno, dejando de lado una actitud de patriotismo y en señal desesperada, toma el discurso de quienes hablan que no se respeta de la democracia.

Lógicamente que existe otro motivo por el que Jaime Paz quiere manipular a la opinión pública con esa decisión y abrir un falso debate entre: Democracia o Defensa de la demanda marítima. Ésa es la razón por la que entre otros motivos tomara esa decisión y plantea su cuestionamiento a la repostulación resuelta por el Tribunal Constitucional.

Los medios afines a la oposición política han dado amplia cobertura al ex presidente Jaime Paz Zamora, para que amplifique su intención de retorno a la actividad política. Esta actitud no es nueva, más bien es una costumbre muy particular del candidato del “triple empate”, argucia con la que se hizo del gobierno.

La fragilidad de representación que tiene la oposición política, hace que ocurran casos como el de Jaime Paz Zamora, que seguramente mantiene su idea de ser un predestinado, un elegido para gobernar el país.

Si no es en vano que los cuestionamientos más agresivos contra Venezuela vengan desde Europa, donde la socialdemocracia -fuertemente ligada a Jaime Paz- es desde donde más arrecian los ataques al gobierno de Nicolás Maduro, por lo que Paz Zamora tiene que hacer eco a esos embustes.

Otro elemento que observó es que no se hable de acceso soberano en el marco del juicio y no se respete el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, cuando ganó el No a la repostulación de los actuales mandatarios.

Argumento por demás aprovechado que busca adeptos a su supuesta convocatoria, y que llama la atención porque está en una actitud de generar protagonismo y muchos también confirman que ya estaría en campaña.

Ese es el perfil de Jaime Paz, sin olvidar que un militante Mirista fue el causante de la muerte de jóvenes que, fieles a sus principios, asumieron los riesgos de ser auténticamente revolucionarios, en su conciencia tiene que estar la muerte de los militantes del CNPZ.

A estas alturas, todo lo que venga a decir Jaime Paz cae en el vacío ya que quien conoce el pasado de un partido que fracaso en la historia, tiene por demás argumentos para decir que ya no pesa en nada la posición de un político que lo enterró su propia gente.

El sinuoso recorrido de un político conocido por la población y del que tuvo una habilidad política como buen alumno social demócrata, recordemos aquellas teorías del “triple empate”, “puentes para superar ríos de sangre”, y aquella justificación nada creíble en temas delicados como el narcotráfico: “fueron errores, no delitos”.

Pero también Jaime Paz tenía problemas con la vista, me acuerdo que, en una visita a la ciudad de Potosí en plena plaza central, preguntó a la población "¿Dónde está la crisis, que no la veo?". Seguramente con el paso de los años este mal se ha vuelto más crónico, porque no encontramos explicación a la actitud miope de ver la realidad que tiene Jaime Paz.

A Paz Zamora le llama la atención que le recuerden su pasado, que, en forma de tuits, el presidente Morales le recordó y no le insultó, como él dice, por ejemplo, los tuits hablan de su historia: "Como hoy, 1997, la OEA exigió a Bolivia sanciones para partidos políticos que recibían dinero del narcotráfico, después del escándalo Narcovínculos del MIR de Jaime Paz Zamora, S. Doria Medina y el narcotraficante Isaac "Oso" Chavarría” y otros más.

El proyecto Mirista, con su espíritu socialdemócrata, basado en las experiencias de los Estados de bienestar europeos, pretendió llevarnos por esa vía, ignorando las características coloniales de nuestra historia.

Mueve a risa, el pretendido retorno Mirista, bajo el manto de un nuevo proyecto político partidario de Paz Zamora, porque al revelar el discurso del 21F, una tramoya de la oposición política organizada y financiada por los estrategas de la guerra de baja intensidad, no es más que una astuta jugada que quiere justificar la reaparición de un proyecto que ya murió.

La sabiduría popular desconfía de los gallos que cantan anunciando la noche, esos que ya la historia los condenó y que ahora por más que quieran, no volverán.

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