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Nadal logra su décimo Ronald Garros


Los puños de Muhammad Ali. Los seis anillos de Michael Jordan. El pie izquierdo de Leo Messi. Los 18 grandes de Jack Nicklaus. Los siete mundiales de Michael Schumacher. El Olimpo del deporte está lleno de grandes gestas, ninguna como la de Rafa Nadal, diez veces campeón en Roland Garros después de minimizar a Stan Wawrinka como si fuera un colegial en una final para la historia por 6-2, 6-3 y 6-1.


Resulta muy difícil imaginar a algún tenista acercarse en las próximas décadas al récord que ha logrado el mallorquín, coronado como Rafa Nadal Décimo, el inigualable, en París, donde los hitos del deporte español siempre saben mejor. El clínic tenístico que ofreció el de Manacor en la Philippe Chatrier está a la altura de sus mejores recitales sobre tierra y rubrica sus dos semanas más perfectas en Roland Garros.


Resulta difícil imaginar a un tenista igualando la gesta de Nadal en las próximas décadas

El triunfo de Nadal abre muchas incógnitas. Después de una larga época lastrado por las lesiones, el mallorquín ha igualado, sino superado, su mejor nivel de tenis de siempre sobre arcilla, y aventurar cuánta gasolina le queda a sus 31 años es tarea imposible. Federer ganó hace poco en Australia con 35, sumando su Grand Slam número 18. Ahora, Nadal ya tiene 15 y alcanzar al suizo es otro de los retos que deben alimentar sus últimos años en la elite.

El décimo Roland Garros del mallorquín también puede invitar a su tío Toni a replantearse su decisión de abandonar sus tareas como entrenador a final de año. Lejos de oxidarse, el tándem sigue funcionando y Wawrinka puede dar fe de ello.


El historial de Nadal sobre tierra es el más amplio y exitoso de la historia del tenis, y sus exhibiciones están en los anales de la raqueta. Por eso, el mérito de lo que ha conseguido este año sólo será debidamente valorado con el paso del tiempo. El juego del mallorquín en la final no tuvo fisuras y acabó desesperando a Wawrinka, que incluso llegó a romper una de sus raquetas por pura desesperación.


El décimo Roland Garros, es hacer más historia en el mundo del tenis, escalar posiciones en el Olimpo del deporte, si es que le quedaba algún escalón por subir, estaba apenas a un set de distancia. Para cualquier humanoide, cerrar el partido es siempre lo que más cuesta. Es cuando aparece la presión y la pelota ya no corre tan rápido. Pero Rafa Nadal parece cada vez menos de este mundo y más del otro, y el tercer set lo encaró con la misma tranquilidad y la misma concentración que los dos anteriores. No había perdido ninguno en todo el torneo y no estaba dispuesto a manchar otra inmaculada estadística como esa en el peor momento.



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