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Estados Unidos y Corea del Norte tienen una baja probabilidad de llegar a una guerra

Los estadounidenses, japoneses y surcoreanos entienden que pagarían muy caro el inicio un conflicto. EE.UU. podría realizar nuevas maniobras conjuntas y ampliar aún más la cooperación militar con Corea del Sur y Japón para contener no solo a Pionyang, sino también a Pekín.

¿Por qué no se desató la Tercera Guerra Mundial en la Península coreana?

El politólogo Guevorg Mirzaián señaló que la guerra en la Península coreana no podría darse debido a que el conflicto que tiene Estados Unidos con Corea del Norte es único ya que tiene un nivel muy alto de amenaza pero una probabilidad baja de derivar en una guerra real.

Las reglas del juego

El analista destaca que la élite norcoreana es consciente de que cualquier guerra culminaría en la toma de Pionyang; por su parte, los estadounidenses, japoneses y surcoreanos entienden que pagarían muy caro el inicio un conflicto. Aparte de pérdidas humanas y la posible contaminación nuclear, el experto presenta tres razones principales por las cuales estos tres últimos países no quieren desatar una guerra real:

Seúl dejaría de existir porque la artillería norcoreana reducirá a cenizas la ciudad, situada a tan solo a 50 kilómetros de la frontera;

El costo de integración de una Corea del Norte destruida por la guerra sería inmenso y equivaldría a varios PIB anuales del Sur;

No hay garantías de que Pekín no se involucre en el conflicto para defender a Pionyang.

El politólogo también descarta un guion con "ataques limitados" contra instalaciones nucleares de Pionyang, afirmando que esos objetos están bien protegidos bajo la tierra y que Corea del Norte responderá en caso de cualquier ataque, lo que provocaría una guerra a gran escala.

El factor Trump

Pese a su imagen de persona impredecible, en realidad el presidente estadounidense, Donald Trump, se comporta de manera lógica en la arena internacional, apunta el experto; "Trump mostró deliberadamente que estaba dispuesto a cruzar la línea roja", reitera Mirzaián. De esa manera, relata el autor del artículo, Trump presionó a China para que Pekín, a su turno, presionara a Corea del Norte, garantizando el triunfo mediático de Trump sobre uno de los integrantes del 'eje del mal'.

Finalmente la Administración estadounidense optó por no atacar y apostó por la estrategia de la contención, es decir, exactamente lo que hicieron todas las Administraciones anteriores, recuerda el politólogo. En el marco de esa estrategia EE.UU. podría realizar nuevas maniobras conjuntas y ampliar aún más la cooperación militar con Corea del Sur y Japón para contener no solo a Pionyang, sino también a Pekín. Y ese podría ser el objetivo real de Trump en la situación actual, concluye el autor.

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