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Pando tiene “el mercado” de abarrotes más caro de Bolivia


¿A cuánto está el kilo de papa? Pregunta el vecino, 9 bolivianos el kilo, responde el casero, ¿No me rebaja? Consulta el usuario, en Cobija no existen rebajas, váyase a La Paz si quiere que le rebajen, es la respuesta del vendedor; como esta experiencia, miles de ciudadanos que viven en Cobija pasan por la misma situación todos los días, los productos son traídos casi en un cien por ciento del Perú y en otro porcentaje del Brasil, los comerciantes se resisten al manejo de los centavos en todo el departamento y a bajar el precio de los insumos de primera necesidad.

La ciudad de Cobija queda ubicada al norte del país en la frontera con el Brasil, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, en el censo del 2001, el departamento registró una población de 52.525 habitantes, mientras que en el censo realizado en 2012 la densidad poblacional llegó a 109.173 habitantes, registrándose un incremento de 56.648 nuevos pobladores en una década, su estado de frontera la obligo por muchos años a convertirse en la urbe más cara de Bolivia y a pesar de la caída del real, y del precio del petróleo y los minerales, los comerciantes se resisten a rebajar sus precios.

“Para empezar, en cobija no existe la venta al raleo como existe en La Paz, la ciudad maravillosa para muchos, y en especial para mí, el tomate por ejemplo solo se vende acá por kilo, y el precio es fluctuante, a como se levanta el dueño de la mercancía, algunos días cuesta 7 y otros 10 bolivianos el kilo, extraño La Paz, si no tuviéramos casa acá me iría a La Paz, los comerciantes hacen lo que quieren y nadie pero absolutamente nadie los controla, no les importamos en nada a las autoridades, a nadie le importa nuestra economía” asevero una vecina sumamente molesta por lo caro de los productos.

Haciendo una comparación con otras capitales de departamento y consultando sobre el precio del tomate que compro la vecina, es cierto que el precio esta hasta cuatro veces más que en La Paz o cualquier otro comercio del eje central del país.

Este periodista se trasladó a verificar si los precios de los productos son realmente tan descabellados como expresó la vecina en la entrevista, y nos trasladamos al Mercado Abasto, que instala una “feria” los días sábados, todo el día en casi el centro de la ciudad ubicada en el Barrio Senac, como el periodista vive solo y se encuentra a dieta, consultamos el precio del amarro de acelga, la vendedora nos dice que es a 5 bolivianos, cuando le dijimos que solo queríamos 2 Bolivianos, nos alcanzó una hoja de Acelga, ojo, literal y físicamente nos dio una hoja de Acelga, y ante nuestro asombro la casera responde “1 hoja de acelga equivale a dos bolivianos” cuando inquirimos él porque del precio, la respuesta fue “Va a comprar, porque me está perjudicando, puede irse a otro lado si quiere”. Y desvió la mirada.

Ya que habíamos planificado verificar los precios y aprovechar en cocinar una ensalada, seguida de arroz, acompañada de papas y algo de carne de res, nos fuimos en búsqueda de los demás ingredientes y de más información, pensando que la casera que nos atendió de último, se levantó de mal genio.

Encontramos las papas, había de todos los tamaños y de todos los precios, cuando consultamos, al raleo, nos responden que así no se vende en Cobija “Acá vendemos solo por kilo, y el kilo está a 10 bolivianos ¿Cuánto le doy?” fue la respuesta del comerciante, a lo que decidimos que el almuerzo seria sin papas.

Encontramos el arroz, existe de todas las marcas, en especial las que traen del Brasil que hoy por hoy se encuentra más barato debido a la caída del precio del real, compramos un paquete y nos dirigimos en busca de la cebolla, cuando la encontramos, el vendedor arguyo que la cebolla esta cara por la sequía, “La he traído para no perder mis caseros, incluso perdiendo dinero, he comprado ¿Cuánto le doy, dos kilos?” a lo que respondimos deme medio, el kilo esta 8 asevero el comerciante y nos alcanzó la bolsa sin decirnos una sola palabra.

Finalizando nos fuimos en busca del ultimo ingrediente, si bien la carne vacuna, es el principal componente de la dieta pandina, el precio no se ajusta ni al entorno geográfico -porque colinda al nordeste con el Brasil y al sur con el Beni- ni tampoco a las necesidades y mucho menos hace caso a la crisis, tiene un precio de 35 bolivianos el kilo de carne de “primera”, adjetivo que hasta ahora no entiendo si es para diferenciar las clases sociales o el producto, porque me creo de primera, pero mi economía está muy lejos de esa categoría.

Ante esa realidad decidimos evitar la carne y comprar pollo, cuando observamos los precios, identificamos que el kilo está a 20 bolivianos y con ello se fue nuestro dinero del mercado, y concluimos que lo que nos había dicho la vecina en la entrevista era cierto en toda su expresión, Cobija se ha constituido en la ciudad más cara de Bolivia, debido a los elevados precios de los artículos primera necesidad, la mayor parte de los productos viene del Perú, otra parte del Brasil y una ínfima parte de La Paz, pero el estándar de precios sobrepasa incluso al Brasil.

Por alrededor de dos semanas intentamos comunicarnos con la dirigencia gremial, quienes no contestaron ni las llamadas ni los mensajes, al cierre de la edición un representante dijo responder en un lapso de tiempo, al cumplirse el horario, el teléfono sonó ocupado y nadie contesto, en tanto los vendedores en sus negocios no quieren conversar con nuestro medio de comunicación, y el único que nos habló asevero “Para nosotros es difícil traer los productos, hay que pagar a Zofra el ingreso, nos cobran caro en frontera, los cobijeños tienen que acostumbrarse nomas a los precios” dijo y se entró sin decir una sola palabra.

Molestia del vecino

En Pando a pesar de que se están construyendo vías de última generación, por el momento tiene una muy accidentada conexión con la ciudad de La Paz, casi intransitable en época de lluvias, excusa que usan los comerciantes para también elevar el precio de sus productos. Pese a que el producto paceño.

Los ciudadanos se encuentran molestos por lo caro de los insumos y la falta de control en los mercados y tiendas de barrio que literalmente hacen lo que quieren aprovechándose del bolsillo de los habitantes asentados Cobija y otros municipios.

El gasto de un hogar promedio bordea de manera mensual entre los 1700 a 2000 bolivianos solo en mercado, la Familia Mirabal compuestas de cinco personas refiere “No consumimos carne por salud, más nos abocamos al consumo saludable de frutas y verduras y nuestro presupuesto varía de acuerdo al fluctuante precio de los diferentes productos que se venden en los mercados de la ciudad, el monto que gastamos como familia es entre 1.800 a 2.000 bolivianos cada mes solo en almuerzo, aun no determinamos el monto de nuestra cena, que sumado a la anterior cifra supera fácilmente los 2 mil bolivianos y más”. Informo a El Progreso de Pando la madre de familia.

Intendencia atada de manos

Para la Intendencia Municipal es muy difícil el controlar a cabalidad los precios por la aplicación de la ley 21060 de la libre oferta y demanda, “Controlamos la calidad de los productos, el peso y el manejo o manipulación de los mismos, verificamos que sean en el marco de la limpieza e inocuidad alimentaria, pero nuestras competencias se ven limitadas” afirmo su Director Manuel Baldiviezo.

Al alto costo de vida se suma que ningún comerciante le acepta cortes de 10 y 20 centavos en el comercio, y a los migrantes de otros departamentos se les obligo a dejar de usar las monedas de ese corte, ya que en los mercados, tiendas de barrio, comercios, puestos, bazares, negocios, locales, almacenes, talleres, librerías, internets, restaurantes, pulperías, supermercados, entre otros incluyendo las puertas de las escuelas primarias, ya no se puede comprar nada con esas dos monedas, y el corte de 50 ctvs, está por correr la misma suerte.

Según Joel Mayta ciudadano del barrio Progreso “No hay nada que uno pueda comprar con ese valor, acá las cosas se venden arriba de 0.50 ctvs o 1 boliviano” lo que propicia la inflación desmedida y poco controlada de los productos.

Ante la caída del precio del real, la baja en el precio de los minerales y el petróleo, ciudadanos de Cobija y del departamento Pando, exigen una urgente decisión respecto al alto costo del precio de los productos de primera necesidad, piden la intervención del gobierno nacional en la materia, debido a la honda crisis económica que vive el departamento y el país. “Que se regulen los precios, por el bien de nuestras familias” dijo una madre de familia al cierre de la edición.

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