Los huertos urbanos una opción ante la crisis en Pando
Cayú, tomate, sandia, papaya, locoto, lechuga, achojcha, acelga, apios, zapallo, limón, pacay, chirimoya, palta, ají, mango, frejol, lenteja, cebollas y otro tipo de alimentos, es lo que algunos vecinos del barrio Campiñas optaron por cultivar en sus propias viviendas como una forma de ahorrar dinero, consumir un producto libre de pesticidas y al mismo tiempo apoyar a la ecología.
La clave para tener un huerto en buenas condiciones según ellos, es combinar las plantas y aprovechar el fértil terreno del sector. “La iniciativa nació, cuando vi que las semillas de la sandía que mis hijos botaron al suelo dio fruto, en ese instante comencé a dedicar tiempo a plantar en diferentes espacios de mi terreno varios productos como tomate, papaya, sandia, lechuga entre otros para mi propio consumo y de verdad uno ahorra y consume un producto fresco” asevero Nely Jaen, vecina del barrio que asegura a El Progreso de Pando, tener por lo menos unos 100 y más tipos de verduras y frutas en su propiedad.
Y es que Cobija se ha convertido en uno de los mercados más caros del país, con productos de la canasta familiar que exceden en mucho a los adquiridos en otros departamentos, el kilo de tomate -por poner un ejemplo- tiene el costo de 8 bolivianos en el mercado “Popular” lo que se incrementa aún más en las tiendas de barrio, y cuando uno pide rebaja, sencillamente el propietario de la mercancía asegura que “nadie pide rebaja en Cobija y que ese es el precio”, como decía un vecino entrevistado por este periódico, “suben el precio a su gusto y bolsillo, y nadie dice nada, en el Perú los precios son rebajados, y es de allí que traen todo, nuestros vendedores y vendedoras están muy mal acostumbradas en los mercados de Pando, y la crisis que se vive ya no da para alimentarse, solo da para poder sobrevivir”.
Ideas ante la crisis
A raíz de esta situación y otras como la preservación de la salud, surgen los huertos urbanos, debido a que efectivamente las comerciantes de hortalizas (intermediarias) de la ciudad, triplican o cuadruplican sus precios bajo el argumento de que llovió o no, al mucho calor, o sencillamente porque así son sus precios, razón suficiente para elevar el precio de verduras, hortalizas y frutas.
“Lo que si necesitamos y de manera urgente es capacitación en el manejo y cuidado de lo que sembramos, observé desde hace algún tiempo, que a algunos de los productos que plante le entra el bicho, y deduzco que necesita algún tipo de tratamiento, es por eso que solicitamos a nuestras autoridades, departamentales, municipales y nacionales, ayudarnos a encontrar especialistas en el área para que nos ayuden a mantener los huertos que tenemos en nuestros hogares” asevero Jaen.
Y es que al igual que Nely, algunos vecinos en Cobija comenzaron a sembrar sus propias lechugas en los patios de sus propiedades, y no solo siembran lechuga, sino una gran variedad de hortalizas y verduras que uno los puede adquirir –como lo hizo el periodista- y determinar el excelente sabor ya que son totalmente higiénicos. “Nos gustaría no solo consumir nuestros productos, sino también ganarnos un poco de dinero abasteciendo el mercado interno, con lo caro que están las cosas”, dijo una vecina.
Y que es que lo “huertos urbanos” aún no son muy populares o por lo menos no son tomadas en serio, pero en el mundo, se imponen los huertos urbanos en los hogares, ya que podría ser la futura revolución alimentaria, en algunos paises son considerados como la esperanza de las familias.
Ejemplos mundiales
En España en 2006 eran apenas 2.500 huertos urbanos en todo el país y ocupaban menos de 26 hectáreas en 14 ciudades. 10 años y una crisis más tarde, “el crecimiento ha sido espectacular”. Los más de 15.000 huertos en 200 ciudades superan las 166 hectáreas.
En Sucre, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural a través del Programa Nacional de Agricultura Urbana y Periurbana en Chuquisaca con el apoyo técnico de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura FAO desarrolla iniciativas productivas familiares ecológica, que inicialmente fue un proyecto piloto con 180 huertos, el mismo que por el éxito obtenido se ha convertido en un referente con ya 680 carpas solares para producir exclusivamente verduras ecológicas, puesto que no requieren de ningún interviniente químico ni fertilizantes.
“Lo que se destaca y valora del proyecto es la generación de empleo, muchas amas de casa desocupadas, con este proyecto tienen su propio empleo. No sólo el esposo trabajo ahora, sino la esposa y los hijos en el huerto, lo que toma algunas horas de la mañana”, explicó la Diputada Eva Humerez.
Además de generar autoempleo, alimentar a la familia y contribuir a la oferta de productos limpios, el proyecto también reduce los costos en la compra de productos de la canasta familiar y contribuye al medio ambiente (recicla los desechos de cocina y cosecha agua de lluvia).
Para Humerez “La revolución alimentaria parte de estas iniciativas, nosotros como asambleístas y el Gobierno Nacional, estamos apuntando a elaborar un plan sostenible en el tiempo, para fortalecer las iniciativas de familias enteras sobre la instalación de Huertos Urbanos en la ciudad de Cobija y en si en todo el departamento” asevero.
“Los huertos urbanos se encontraban ligados históricamente a fenómenos de crisis, ahora se vinculan a la soberanía alimentaria y a la ecológica”, afirma el dirigente del Barrio Las Campiñas Tolentino Moya “La capacitación es importante a lo que se suma la provisión de agua, nosotros sacamos del pozo para proveernos y regar las plantas, es un trabajo cansador traer agua del pozo, esperamos que nuestras autoridades puedan hacer oído a nuestros pedidos para no solo mitigar la crisis que se vive en todo el departamento, sino promover las iniciativas de nuestras amas de casa y fortalecer la seguridad alimentaria”.
Ahora las familias mediante los “huertos urbanos” pueden sembrar verduras y de esa manera proveerse de alimentos sanos, pero también pueden vender una determinada cantidad con el fin de aumentar sus ingresos económicos.
