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Emilio Brahtwaite, el pintor de la amazonía


Riberalteño de 39 años, que sufre artritis reumatoide, sólo puede mover los dedos y brazo izquierdo con los que pinta hermosos cuadros que le han hecho famoso.

Emilio Brahtwaite Vásquez, un riberalteño de 39 años y amplia sonrisa, tiene discapacidad motora profunda. De su niñez recuerda que “nació normal”, pero que desde los 10 años empezó a enfermarse.

La artritis reumatoide que sufre le causa dolor, inflamación, rigidez y pérdida de la función de sus articulaciones, excepto los dedos y brazo izquierdo con los que pinta hermosos cuadros que le han hecho famoso.

“Apenas muevo el brazo izquierdo y con dificultad trabajo con sólo dos dedos”, cuenta, mientras descansa en su silla de ruedas.

Con esos dedos desliza el pincel sobre el lienzo y pinta con cuidado, delicadeza y enorme pasión.

Hace ya 14 años que se dedica al arte. Antes de esa etapa de su vida, recuerda, no tenía nada, ni siquiera un radio para distraerse. Por esos días consumía el tiempo dibujando con lápices de colores vehículos y paisajes.

Un día, una extranjera de la iglesia pastoral lo visitó y vio que le gustaba pintar y le preguntó si le gustaría aprender a pintar. Emilio, dijo que sí.

“Entonces ella me trajo un maestro pintor, el maestro me regalo los pinceles, las pinturas, y así empecé, pero con mucha dificultad porque trabajaba echado”. Hoy, pinta, más cómodo, sentado en su silla de ruedas.

Es el quinto de siete hermanos y, según sus cálculos, asegura que ha pintado poco más de 400 cuadros.

Los paisajes candentes y de exuberante vegetación de la Amazonía, donde está Riberalta, son los que retrata en sus trabajos.

Explica que todas sus pinturas son en acrílico y sus cuadros los vende en diferentes precios.

En noviembre de 2016, el entonces ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, le entregó un importante lote de pinturas y pinceles y alimentos para su familia.

“Le agradezco mucho al ministro Quintana, a quien tuve la oportunidad de conocer. Recuerdo muy bien cuando me sorprendió, porque nunca pensé que una autoridad me visitaría en mi casa”, rememora.

Emilio vive con sus padres, de la tercera edad, quienes lo cuidan y lo atienden.

Sus padres le dan las gracias al gobierno del presidente Evo Morales por aprobar el bono en favor de las personas con capacidades diferentes.

Emilio es optimista. Es consciente de la enfermedad que sufre y de lo delicado de su estado de salud y, sin embargo, desea seguir adelante.

“Pero necesito que me ayuden, tanto las autoridades como mis amigos”, comenta, con sinceridad.

Cuando no pinta, por falta de materiales, luce deprimido.

“Aquí amanezco, anochezco, no salgo ni a pasear, me gustaría que alguien me saque a pasear a dar unas vueltas por la ciudad o para la plaza y sería un sueño porque la última vez que salí fue hace un año atrás”, se lamenta.

Los cuadros de este notable artista se venden en su casa del barrio Abaroa.

“Cuando alguien me compra un cuadro me entusiasmo tanto y me alegro mucho, eso me motiva a seguir pintando, porque amo lo que hago”.

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